Al escuchar «Citroën», inmediatamente se visualiza el emblema con los dos chevrones o espigas invertidas. ¿Sabía que André Citroën, el creador de la
marca, había tenido la idea de este logotipo en los años 20?
La aventura de la marca Citroën comienza en 1919, a finales de la Primera Guerra Mundial, cuando André Citroën crea su propia marca de automóviles. Gran precursor, especialmente en materia de comunicación, desde el comienzo recurre a una identidad visual fuerte, simbolizada por los chevrones emblemáticos de la marca.
«Papá, Mamá y Citroën»
André Citroën consideraba que la marca Citroën debía ser conocida por todos, desde pequeños. Este ingeniero politécnico, tenía en la mira el siguiente objetivo: “Las primeras palabras que un niño debe aprender deberán ser: Papá, Mamá y Citroën”. Con esta óptica, produce los Juguetes Citroën, miniaturas que reproducen fielmente los diferentes modelos de la marca.
Además de sus expediciones, con las «travesías» Negra y Amarilla, en 1922 durante el 7º Salón del Automóvil, André Citroën logra que un avión escriba «Citroën» con letras de humo, abarcando 5 km. Más tarde, de 1925 a 1933 la marca «Citroën» aparecerá en la Torre Eiffel escrita con 250.000 lamparitas eléctricas.
Pero André Citroën no se detiene aquí. También organiza compañías de autocares y de taxis Citroën, y hace colocar unos paneles indicadores en todas las carreteras de Francia… ¡que se parecen mucho a los paneles de la red Citroën!
La identidad de Citroën ¡toda una historia!
Como hombre experto en la comunicación, André Citroën recurrió desde el principio a una identidad visual fuerte, simbolizada por el doble chevrón.
El origen de los chevrones o de las espigas invertidas, que se convirtió en el emblema de la marca, remonta a un viaje suyo a Polonia. El fundador de la marca tenía entonces veintidós años de edad y conoció el proceso para tallar unos engranajes en forma de espiga invertida, que se emplea en molinería, y compró la patente para transponer este proceso al acero.
¡Con el tiempo, Citroën se adapta, con los chevrones al viento!
Aunque los chevrones resisten al paso del tiempo, el emblema de Citroën ha ido evolucionando.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, era amarillo con fondo azul, Después de la Guerra, aparecen unos chevrones más discretos, generalmente con fondo blanco.
A comienzos de los años 30, Citroën destaca el mayor confort del Motor Flotante, con un cisne que nada entre dos chevrones. En los años 1980, el dibujante Savignac juega con el grafismo del emblema, añadiendo un hombrecito, y crea el eslogan «Adelante Citroën». En busca de una nueva imagen en los años 80, el emblema es blanco con fondo rojo, para dar una impresión de dinamismo, una evolución que se destacó con la publicidad «Los chevrones lo ven rojo». Durante la filmación de esta publicidad para la campaña de los «Chevrones salvajes», el emblema de la marca se formó con 120 caballos salvajes al galope. Imaginando siempre nuevas expresiones publicitarias, en 2004 Citroën lanzó en Europa la «famosa» saga del robot C4, que obtuvo quince recompensas y un impacto récord desde su creación.
Al cumplir sus 90 años, Citroën se renueva enteramente
En febrero, Citroën presentó su nueva identidad. El emblema sale de su marco habitual y los chevrones son ahora tridimensionales. Es el primer signo visible de un cambio de expresión de la marca, con el nuevo eslogan de «Creative Technologie», una nueva arquitectura en sus puntos de venta, nuevo compromiso con los clientes y una nueva línea de productos: la línea DS.