Citroën Cruisse Crosser

De color naranja, el Cruise Crosser resulta fácilmente localizable sea cual sea el entorno en el que se encuentre. Sus grandes rosas de los vientos rojas sobre cada uno de sus laterales refuerzan su dimensión deportiva y simbolizan su vocación por viajar de un lado a otro del planeta, de Norte a Sur y de Oeste a Este.

Citroën Cruisse Crosser

En 1922, André Citroën organizó la primera travesía en automóvil por el Sahara. Cinco vehículos, equipados con autocadenas, realizaron el primer recorrido directo entre Argelia y el África Occidental Francesa. Estas potentes orugas eran capaces de circular fuera de la carretera, sobre terrenos rocosos y hostiles. Tras esta hazaña, André Citroën repitió la experiencia, organizando sucesivamente, entre 1924 y 1931, los famosos Cruceros Negro y Amarillo. Estas expediciones entre África y Asia despertaron un interés inaudito entre el público y fueron reconocidas como auténticas misiones económicas, humanitarias, científicas y culturales.

Citroën hace un guiño a su pasado confiando a la escuela ESPERA Sbarro, en colaboración con el Centro de Estilo Citroën, la creación del Cruise Crosser, un todoterreno pensado para explorar los caminos más complicados. Este concepto, que deriva del C-Crosser —el primer SUV de gama alta de Citroën— está dotado de tres ejes y seis ruedas que, al igual que las primeras orugas, le permiten moverse en las condiciones de conducción más adversas (nieve, arena, barro…).

 

Promesa de aventura y evasión

De color naranja, el Cruise Crosser resulta fácilmente localizable sea cual sea el entorno en el que se encuentre. Sus grandes rosas de los vientos rojas sobre cada uno de sus laterales refuerzan su dimensión deportiva y simbolizan su vocación por viajar de un lado a otro del planeta, de Norte a Sur y de Oeste a Este.

El Cruise Crosser dispone de un amplio espacio en la parte trasera, que le permite acoger más pasajeros (la tercera fila de asientos se puede desplazar) y ofrecer un volumen de carga considerable. Maletas, palas, tiendas y otros accesorios pueden ser transportados sin ninguna dificultad. La apertura de la puerta del maletero facilita la carga, mientras que los estribos de cada lado ofrecen la posibilidad de acceder a la zona posterior con toda comodidad.

El interior del Cruise Crosser no desentona con el resto del vehículo. Los asientos de cuero (en la primera y segunda fila) destacan por su diseño de avanzada tecnología. La tapicería de cuero, con un dibujo en forma de “eslabón”, subraya su carácter deportivo, además de ofrecer un acabado pensado para el confort de sus pasajeros. La preocupación por el estilo se expresa en los colores de la carrocería, en el contorno de los asientos, en el salpicadero o en los paneles de las puertas. Todos estos detalles aportan, a este universo de eficacia, una dimensión de placer tan táctil como visual.

 

Tecnología que respeta el medio ambiente

El Cruise Crosser cuenta con una tecnología de altas prestaciones, para permitir a los viajeros disfrutar al máximo de la aventura.

Sus pasajeros pueden sentirse seguros, porque el Cruise Crosser no les defraudará. En carreteras de montaña sinuosas y otros terrenos accidentados, podrá activar su tercer eje eléctrico, para disponer de una motricidad excepcional y, en caso de atasco en arena o barro, se han previsto unas planchas en la parte trasera del vehículo. El sistema de navegación es ideal para ubicarse fácilmente y desplazarse con toda tranquilidad; mientras que el reproductor de DVD, ameniza el viaje.

Abrir nuevos caminos no debe hacerse a costa del entorno. Fiel al compromiso del Grupo en reducción del consumo y emisiones de CO2, el Cruise Crosser es un concept-car híbrido diésel, que asocia un motor térmico diésel con un motor eléctrico, implantado bajo la carrocería. El tercer eje, utilizado como apoyo para las cuatro ruedas motrices cuando el vehículo se encuentra sobre un terreno difícil, como piedras, arena o nieve, permite obtener una mejor motricidad. Solo, ofrece la posibilidad de rodar en modo “ZEV” (Zero Emission Vehicle). En este modo, silencioso y no agresivo, el Cruise Crosser está en una perfecta simbiosis con el entorno en el que se mueve y permite disfrutar al máximo del viaje.

El Cruise Crosser es capaz de llegar a los lugares más lejanos y desplazarse sobre cualquier superficie, hasta las más accidentadas. Encarna un nuevo tipo de aventura. Una aventura hecha realidad gracias a una tecnología avanzada y competitiva. Una aventura deportiva y audaz, llena de vitalidad y energía. Pero también una aventura inteligente, que se hace con el máximo respeto al entorno en el que se desarrolla.

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