Tras más de 60 años de historia, Citroën ha decidido abandonar definitivamente su segunda seña de identidad (tras el chevrón), la prestigiosa y envidiable suspensión hidroneumática, al ser catalogada de sistema «clásico».
«La suspensión hidroneumática ha sido creada en el pasado. Actualmente, hay tecnologías más modernas, menos caras y que generan las mismas sensaciones», ha declarado la actual directora general de la Marca Citroën al medio francés Le Point.fr
Con esta clara declaración, Jackson ha confirmado que la suspensión Hydractive desaparecerá junto con el actual Citroën C5, último modelo de gama alta en la Marca Citroën tras la extinción del Citroën C6, que finalizará su comercialización en el año 2016.
La suspensión hidroneumática fue instalada inicialmente en el Traction Avant en el año 1954, continuando posteriormente en el Citroën DS, generando así uno de los rasgos imborrables de la ahora actual DS Automobiles. La suspensión hidroneumática fue equipada en todos los modelos representativos altos de gama, como el SM, el CX, el XM y el C6. También se equipó en berlinas medias, como el GS, BX o Xantia, aunque en multitud de ocasiones con una derivación más ligera a nivel tecnológico.
Si bien en el momento del lanzamiento del Citroën DS5 fueron multitud de clientes los que renunciaron a su compra por no disponer de la citada suspensión, las ahora ya divididas marcas Citroën y DS Automobiles han decidido arriesgar tomando un nuevo camino, utilizando suspensiones con control electrónico, una tecnología en la que los principales fabricantes del mercado no han logrado encontrar el confort de la hidroneumática, y en la que el grupo PSA pretende triunfar.
La suspensión hidroneumática fue instalada en diversas marcas como Rolls Royce y Mercedes Benz, siendo remplazada en esta última por la AirMatic que intenta todavía a día de hoy imitar el comportamiento de la emblemática Hydractive..
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