El outlander francés
Primo del Mitsubishi Outlander, el C-Crosser nació junto al Peugeot 4007 a mediados de 2007 con un claro objetivo: Competir contra la gran demanda de SUVs en el mercado en aquel momento. Pero aquel momento, fué época de no-crisis, de consumismo excesivo y de especulación. Una mala época para los hermanos PSA que vieron cómo el futuro se cernía incierto e injusto.
Comparte la carrocería del SUV japonés, al igual que ciertos elementos del bastidor. Tiene corazón PSA con motores de 160 cv en diésel (equipado con FAP) y 170cv del 2.4i. Los detalles que trae en su interior, como la cámara de vídeo trasera, lo hacen sin duda muy atractivo.
Su gran baza, la caja de cambios
Apreciado por sus cualidades dinámicas (excelente comportamiento en carretera y potentes motorizaciones) y su polivalencia de uso (5-7 plazas, transmisión integral), el CITROËN C.Crosser experimenta una mejora aún mayor con la integración de una caja de cambios mecánica robotizada.
La caja de velocidades DCS de 6 velocidades está formada por 2 semi cajas tradicionales (2 cajas de cambios fusionadas en una sola compacta), cada una de ellas dotada de su propio embrague (compacto, de alto rendimiento bañado en aceite). El primer embrague integra las marchas impares (1ª, 3ª, 5ª) y la marcha atrás. El segundo integra las marchas pares (2ª, 4ª, 6ª). La particularidad de esta caja DCS es la de engranar, en la mayor parte de las fases de funcionamiento, 1 marcha en cada una de las semi cajas (por lo tanto siempre tiene dos marchas engranadas, una utilizada y la otra a la espera de su utilización).
Esta caja de cambios, proporciona un agrado de conducción superior a las tradicionales cajas (AL4, CVMP). Al tener siempre una marcha preparada para entrar en acción, el cambio de una velocidad a otra es imperceptible. Esta nueva caja de cambios, trae la función «rampaje» para evitar que el coche se nos vaya para atrás en rampas. Al soltar el pedal del freno, el coche empieza a desplazarse de manera totalmente progresiva.